Irradiemos
(Por Julio Andrés
Pagano)
La frecuencia de este intenso
pulsar llega para rememorar que el amor es el camino en donde todo corazón
alcanza su más sensible y refinada expresión, compartiendo la belleza, la pureza
y la armonía de su mágico Sol interno. Es tiempo de evolucionar. Millones de
seres empiezan a vibrar. Millones de soles comienzan a destellar, para que caiga
el viejo y oscuro telón que da la falsa sensación de que todo está perdido.
Encarnamos la luz del nuevo amanecer. Irradiemos.
Irradiar no significa luchar.
Consiste en abrir bien grande el corazón para que ya no existan las fronteras.
Quienes incitan a pelear olvidan que así logran perpetuar las vibraciones
rastreras, pues no existe batalla que sea capaz de gestar la paz, dado que
siempre alguien queda herido o resentido, y se mantiene bien viva la sed de
venganza. Irradiar implica amar, sin condiciones, reconociendo en las más
grandes diferencias la oportunidad para crecer a través del
equilibrio.
Irradiando transmutamos.
Irradiando transformamos. Irradiando juntos generamos un nuevo tipo de halo, que
con su alto voltaje hará desplomar el denso telón que fue construido con la
vibración del miedo. Al escucharlo caer, en dirección al Sol agradeceremos; pues
ese oscuro contexto nos ayudó redescubrir que la luz también habita en el centro
de nuestro pecho. Así vamos ascendiendo, así vamos comprendiendo que todo lo que
existe tiene su razón de ser.
Internamente vivimos una intensa
etapa de elecciones. De manera colectiva, vamos definiendo el marco en el que
queremos vibrar. Por eso hay situaciones que, aunque parezcan repetirse, vienen
para que tomemos nuestra más sabia decisión, oyendo la voz del corazón. ¿De
nuevo le echaremos la culpa a los demás y jugaremos al pobre de mí o
conscientemente plasmaremos un gran presente iluminado, en donde todos nos
sintamos hermanados y logremos la Unidad?
Somos llamados a relumbrar. Cada
uno tiene que liberar lo más humano, cristalino y sagrado de su esencia, para
que en cada rincón de la Tierra se honre, profundamente, la existencia y
volvamos a brillar. Hoy vamos a dar un nuevo paso, más allá de la razón, dejando
que nuestro Sol interno refulja con infinita grandeza. Hay una amorosa vibración
que ya se debe desplegar, por eso este pulsar nos vino a recordar que sigamos
sumando, amando e irradiando sin cesar.